martes, 7 de noviembre de 2017

Tantas preguntas y la respuesta eres tú.

Los secretos de nuestra existencia la gran mayoría del tiempo se van evaporando a lo largo de la historia, muchos de nuestros sueños no pasan más allá de debajo de la almohada, quizá encontremos muchas preguntas, muchos porqués que nos tengamos que llevar con nosotros hasta el último día, y posiblemente lleven consigo la frustración de no haber conseguido las respuestas suficientes a sus dudas. Pero ¿realmente todo debe tener una respuesta? Y ¿realmente estaremos satisfechos luego de saberlas? ¡Oh, cariño! Esos ojos tuyos tan oscuros y profundos como el mar al que temo sumergirme, me habla de tantas preguntas, de tantas dudas… sigues mis brazadas hasta el punto del horizonte, donde consideramos que terminan estas olas, pero sabemos que ese no es el fin, y también sabemos: tu y yo, que este no es el fin de las especulaciones que nos llevan a dejar las profundidades de tu mirada, para salir a flote por una bocanada de aire, porque sí, es trágicamente poco el oxigeno que el mundo me permite luego de callar tus labios con los míos. No lo resisto señor mío, mis oídos se aturden cuando escucho tus miedos hacia mí ¿Qué no ves que estoy desnuda? He desarmado cada articulación de mi frágil cuerpo, y sí… se que mi cuerpo no es relevancia, pero estoy desvaneciendo la arena que rodea mi océano, o mi alma. ¿Son las dudas las que están presentes o es mi voz la que no grita que te quiere?

Porque te quiero, te quiero consumir hasta la última mirada de tus ojos cafés, oscuros y fuertes; te quiero desbordar en lagrimas provocadas por haber reído toda una vida por lo mínimo; te quiero arrancar la piel y dejar al descubierto tu ser; te quiero hacer mío en el vapor de un té que compartamos antes de cerrar los ojos, pero queriendo que no los cierres sino es para soñar, para creer, para nacer de nuevo; quiero que te quieras por encima de mí, y que tu amor nunca esté por debajo de la estrella más lejana. Quiero, quiero, quiero… tantas cosas, que, sólo podría decir: que te quiero a ti, pero te quiero libre como las aves que vuelan sobre nosotros, las que no se van, las que siguen sobre el mar, las que no temen hundirse. Seamos así, disfrutemos de las aguas salinas y cristalinas que salpican nuestro rostro, sabiendo que bajo las aguas fuertes habrán amenazas, pero si hablamos de lo nuestro: no hace falta darle respuesta a las preguntas que sólo quieren limitar nuestro rumbo, cuando el mar bravezca visitamos la luna, cuando la luna no sea tan acogedora vamos a la orilla de una playa, y cuando no exista nada: Sólo vamos, tu y yo.  

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